
Cómo pensar a lo grande todos los días de trabajo
Cuando trabajo con empresas en proyectos de innovación, ya sean productos y servicios innovadores o ideas de menor escala para agilizar los procesos internos, a menudo veo a los líderes y a sus equipos luchando por idear libremente y sumergirse realmente en el proceso de lluvia de ideas. Cuando finalmente llegan, es un gran momento, pero lleva un tiempo.
La razón es simple: cuando la ideación no es una segunda naturaleza, es porque la cultura de la empresa no la ha estado apoyando. Esto es comprensible. En el acelerado mercado de hoy en día, apenas hay tiempo para respirar, y mucho menos pensamiento innovador y lluvia de ideas sobre el futuro de la industria, compañía o departamento. La mayoría de las empresas aún sobreviven con la idea original que inspiró su inicio, y los empleados pasan la mayor parte de su tiempo lidiando con los plazos del día y apagando incendios. En la mayoría de las organizaciones, simplemente no hay tiempo ni valor para la libertad de pensamiento y encontrar mejores formas de hacer las cosas.
Muchas de las compañías con las que trabajo han pasado tanto tiempo trabajando en las operaciones cotidianas que el pensamiento futurista puede ser un concepto extraño. Es el viejo adagio de pasar tanto tiempo trabajando en el negocio que no hay tiempo para trabajar sobre el negocio.
Todos sabemos que las empresas necesitan nuevas ideas para innovar y mantenerse a la vanguardia de la competencia. Todo lo que tiene que hacer es mirar organizaciones como Intuit, Amazon, Netflix, Airbnb y muchísimas más. Estas son empresas que siempre están mirando hacia la próxima tendencia, siguiendo la dirección del cliente y alterando valientemente el status quo, incluso si el status quo es la base de su empresa.
Cada una de estas organizaciones se destaca por la innovación porque han creado culturas que celebran la ideación en general. No son solo seis tipos en una sala que generan todas las ideas. En cambio, el pensamiento innovador impregna todos los departamentos y niveles de empleados.
Estas son las 10 cosas que hacen los líderes efectivos de las empresas innovadoras para alentar la ideación. Y son todas las cosas que cualquier líder puede replicar.
1. Haz espacio.
Los líderes que valoran el progreso brindan a los empleados el espacio, el tiempo y la oportunidad para soñar e idear. Sacan tiempo sagrado que no es pisoteado por otras iniciativas y plazos. Este puede ser un almuerzo regular con bolsas de papel, una sesión de lluvia de ideas semanal donde se exploran conceptos listos para usar, o un tiempo personal programado para pensar e imaginar soluciones a problemas cotidianos.
2. Compensar ideas y encontrar problemas.
Crean un sistema de recompensa, ya sea financiero o verbal, para identificar problemas y oportunidades, y generar ideas para abordarlos. Las ideas son la moneda de la innovación, y el crecimiento no puede suceder sin ellas. Estos líderes saben que sus equipos pueden ser una fuente interminable de ideas si reciben los incentivos adecuados.
3. Despejarse
Ellos entienden claramente el problema o la oportunidad que requiere la ideación. Ofrecen a sus equipos un objetivo bien definido y crean un sentido de urgencia detrás de él. Presionar a los equipos es necesario para la innovación. De lo contrario, no hay razón para el impulso o la eficiencia.
4. Sé la solución.
Los líderes progresistas piden a los empleados que sean la solución. Ten en cuenta que no dije ser parte de la solución. Necesitan ser la solución. Cuando la suposición es que el administrador va a facilitar la solución, ya no es responsabilidad del equipo realizarla. Los líderes innovadores sumergen a sus equipos en el problema para que puedan experimentar su impacto y requieran que el equipo encuentre una salida.
5. Prueba para aprender.
Están continuamente midiendo y probando nuevas ideas. Pero esta es la diferencia: evalúan las ideas basadas en las pruebas para aprender y las pruebas para tener éxito, en comparación con las pruebas que fallan o las pruebas para probar. Usan esta serie de técnicas de prueba y validación para todas las ideas a fin de garantizar un rendimiento máximo de la ideación.
6. Ignorar roles y títulos.
Prestan atención a las ideas individuales porque todas las ideas son importantes. Puede ser el interno quien ve el problema u oportunidad desde un nuevo punto de vista y se le ocurre la idea del millón de dólares. Los buenos líderes no descartan a las personas por su papel en la empresa. Buscan ideas de todos los rincones.
7. Enfócate en los clientes.
Los líderes que quieren innovación son maníacos sobre la comprensión del cliente: sus sensibilidades, preferencias y deseos. Los líderes innovadores entienden que no tienen compañía si no tienen clientes. Monitorean la interacción, las ventas y la retención del cliente. Usan esta información para cultivar lo que el cliente quiere o deseará en el futuro.
8. Piensa en el futuro.
Siempre miran hacia el futuro e imaginan cómo será su industria y compañía un año, cinco años y 10 años a partir de ahora. Utilizan su conocimiento contextual de sus clientes, las tendencias del mercado, los estudios y la proyección para imaginar qué harán los clientes en el futuro. Y les enseñan habilidades de pensamiento futurista a sus equipos.
9. Cruza el Pólen.
Fomentan la co-creación de ideas y desafían a sus empleados a mirar fuera de sus equipos, fuera de la empresa y fuera de la industria en busca de ideas que hayan funcionado en otros lugares. Instan a los miembros del equipo a trabajar juntos en soluciones, delineando el qué, el cómo y el cuándo de sus ideas. Esto les permite a sus equipos desarrollar ideas de manera más completa o generar ideas que quizás no hayan descubierto solos.
10. Recompensa el éxito.
La recompensa por tener éxito es mayor que el costo de la falla. Los miembros de tu equipo están dispuestos a intentar una idea, porque si la idea tiene éxito, la empresa lo hace mejor. Nadie es etiquetado como un fracaso si una idea no funciona o logra resultados diferentes a los esperados. De hecho, lo que se enfatiza es un rendimiento máximo en el aprendizaje, independientemente de los resultados. El costo de no intentarlo es más alto que el costo de aprendizaje a largo plazo.
Desarrollar una cultura de innovación es una poderosa herramienta de participación para los empleados. Les da una piel en el juego, y se sienten cada vez más valorados, sabiendo que sus opiniones, ideas y aportes importan. La frecuente ideación fuera de la caja y la identificación de oportunidades de problemas pueden revitalizar el lugar de trabajo, ya que los equipos comienzan a invertir en lo que depara el futuro, creando innovación, tanto pequeña como grande.