
Todo el mundo comete errores, eso es un hecho — pero no siempre aprendemos de ellos. A veces cometemos los mismos errores una y otra vez, no logramos ningún progreso real y no podemos entender por qué.
[perfectpullquote align=»full» cite=»Bruce Lee» link=»» color=»#00aaef» class=»» size=»»] «Los errores siempre son perdonables, si uno tiene el coraje de admitirlos».[/perfectpullquote]
Cuando cometemos errores, puede ser difícil admitirlos porque hacerlo se siente como un ataque a nuestra autoestima. Esta tendencia plantea un problema enorme porque las nuevas investigaciones demuestran algo que el sentido común nos ha dicho durante mucho tiempo: reconocer y aceptar los errores es la única manera de evitar repetirlos.
Sin embargo, muchos de nosotros todavía luchamos con esto.
Los investigadores del Laboratorio de Psicofisiología Clínica de la Universidad Estatal de Michigan encontraron que las personas caen en uno de los dos campos cuando se trata de errores: aquellos que tienen una mentalidad fija («Olvídate de esto, yo nunca seré bueno en ello») y aquellos que tienen una mentalidad de crecimiento («¡Qué despertador, veamos lo que hice mal, así que no lo haré de nuevo»).
«Al prestar atención a los errores, invertimos más tiempo y esfuerzo para corregirlos», dice Jason Moser, autor del estudio. «El resultado es que haces que el error funcione para ti.»
Las personas inteligentes y exitosas no están en modo alguno inmunes a cometer errores; Simplemente tienen las herramientas en su lugar para aprender de sus errores. En otras palabras, reconocen las raíces de sus confusiones rápidamente y nunca cometen el mismo error dos veces.
Aquí hay 10 errores que casi todos nosotros cometemos, pero las personas inteligentes sólo cometen una vez.
1. Creer en alguien o en algo que es demasiado bueno para ser verdad.
Algunas personas son tan carismáticas que puede resultar tentador creer en todo lo que dicen. El resultado de seguirles ciegamente puede ser catastrófico. Las personas inteligentes hacen preguntas bien fundamentadas antes de implicarse porque son conscientes de que nadie, incluidas ellas, son tan buenas como parecen.
2. Hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes.
Albert Einstein mantenía que era de locos hacer lo mismo y esperar un resultado distinto. Pero existen muchas personas que siguen pensando que pueden conseguir que dos más dos sean cinco. Las personas inteligentes, en cambio, sólo experimentan esta frustración en una ocasión y saben que si quieren obtener un resultado distinto deben cambiar su enfoque, aunque les resulte doloroso o complicado.
3. No retrasar las gratificaciones.
Vivimos en un mundo en el que todo es instantáneo. Las personas inteligentes son conscientes de que la gratificación no aparece rápidamente y que el trabajo duro viene antes que las recompensas. Saben cómo utilizar este hecho para que les motive a lo largo del proceso para alcanzar la meta.
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4. Trabajar sin un presupuesto.
Ajustarnos a un presupuesto, personal y profesionalmente, nos fuerza a hacer elecciones bien pensadas sobre lo que queremos y necesitamos. Los presupuestos establecen una disciplina y ésta es la base del trabajo de calidad.
5. Alejarnos de la visión global.
Si nos centramos en trabajar duramente exclusivamente en lo que tenemos delante nuestro podemos perder de vista la visión global. Las personas inteligentes analizan diariamente sus prioridades para tomar las decisiones adecuadas.
6.- No hacer los deberes.
Todos hemos caído en ello en alguna ocasión y por ejemplo hemos acudido a una reunión importante sin prepararla. Las personas inteligentes saben que aunque podemos tener suerte alguna vez este enfoque puede evitar que alcancen su máximo potencial. No se arriesgan y entienden que no existe nada que sustituya a la diligencia y al trabajo duro y que si no hacen sus “deberes” nunca aprenderán nada.
7. Tratar de ser alguien que no eres.
Puede resultar tentador tratar de agradar a los demás siendo lo que ellos quieren que seas, pero a nadie le gustan las imitaciones y tratar de ser quienes no somos nunca puede acabar bien. Las personas inteligentes son conscientes de la importancia de la autenticidad para alcanzar el éxito y la felicidad.
8. Procurar agradar a todos.
Las personas inteligentes saben que es imposible contentar a todo el mundo y que lo único que se consigue es no agradar a nadie, por lo que toman las decisiones que consideran correctas, no las que los demás quieren.
9. Actuar como víctimas.
Hay personas que intentan obtener ventajas haciéndose las víctimas. Las personas inteligentes se dan cuenta de que esto es una forma de manipulación y que los posibles beneficios se interrumpirán en el momento que los demás se den cuenta de ello.
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10. Tratar de cambiar a alguien.
La única forma en que éstos van a cambiar es si tienen el deseo de hacerlo. Pero resulta tentador intentar cambiar a alguien que no quiere hacerlo, como si nuestras intenciones de que mejoren van a lograrlo, como lo han hecho en nuestro caso. Algunas personas hasta llegan a seleccionar a personas con problemas por el reto que suponen. Las personas inteligentes no cometen ese error más que una vez y procuran rodearse de personas positivas y genuinas y tratan de evitar a las problemáticas que pueden desanimarles.