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“Quemar las Naves” como ejemplo de liderazgo

Todos tenemos “deseos” de conseguir éxito en nuestras vidas, pero solo las personas que verdaderamente se focalizan en alcanzarlo hasta el punto de poder considerarse algo enfermizo lo logran.

Muchos comienzan y tienen el valor de emprender pero posteriormente y frente a los fracasos deciden dejar todo para darse por vencidos. Caer, no es lo malo, es no levantarse de nuevo. Pero después ocurre otro fenómeno social, y es levantarte pero hacerlo con inseguridad.

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Pensando en que volverás a fracasar y por ello mientras emprendes mantiene un plan B en caso de que las cosas no salgan. Y como lo habías pensado vuelves a fracasar. Pero esta vez la culpa es solo tuya, pues no fuiste capaz de “quemar las naves” sino que siempre mantuviste el pensamiento de guardar una “balsa” por si las cosas no funcionaban.

Alejandro Magno y su historia “Quemar las Naves”

Esta expresión fue dicha por el emperador Alejandro Magno en las costas de Fenicia en el año 335 A.C. Después del desembarco, el conquistador se dio cuenta que sus tropas se encontraban superadas por el enemigo en relación tres a uno.

Sus hombres estaban atemorizados y no encontraban motivación para enfrentar la lucha. Habían perdido la fe y se daban por derrotados. El temor había acabado con aquellos guerreros invencibles.

Ante esta situación el líder pidió a sus soldados que quemarán las naves. Mientras estas ardían y se hundían en el mar se dirigió al ejercito:

¡Observen como se queman los barcos, esa es la única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos, no podemos volver a nuestros hogares, y ninguno de nosotros podrá reunirse con su familia nuevamente, ni podrá abandonar esta tierra que hoy despreciamos! ¡Debemos salir victoriosos en esta batalla, ya que solo hay un camino de vuelta y es por el mar. ¡Caballeros, cuando regresemos a casa lo haremos de la única forma posible, en los barcos de nuestros enemigos!
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Cuando decides apostar por crear tu propio negocio debes aprender a convertirte en el líder del equipo. Y solo cuando “quemas las naves” consigues inspirar a otras personas que no tienen miedo de recorrer el camino contigo pues saben que no hay vuelta atrás, solo existe una forma posible de terminar la aventura empresarial y es con una victoria.